San Labrador
Qué rápido. Demasiado rápido, el sol ya se apagó, se encendieron los faroles, no soy muy romero, pero un punto de encuentro con familiares y amigos...Se marcho, se fue por donde había venido y no volvió y me ha dejado con dos tazas de cafe, y un papel que dice adios y una foto de carnet, y el alma llena de pena.
Y la vida pasa, romería tras romería al son de la flauta y el tamboril.
No hay comentarios:
Publicar un comentario